Herramientas prácticas y dinámicas para fortalecer la relación de pareja y mejorar el bienestar durante este proceso
La infertilidad es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad del sistema reproductivo, caracterizada por la no consecución de un embarazo clínico tras 12 meses o más de relaciones sexuales habituales sin anticoncepción. Para mujeres mayores de 35 años, el tiempo estipulado para buscar una revisión especializada se reduce a seis meses.
Este desafío afecta a una parte significativa de la población, estimándose que en España afecta al 15-20% de las parejas, es decir, aproximadamente una de cada seis parejas en edad reproductiva. A nivel mundial, la infertilidad afecta a unos 186 millones de personas.
Este programa tiene como objetivo proporcionar una guía esencial para comprender y manejar el impacto emocional de la infertilidad, ofreciendo herramientas prácticas y dinámicas para fortalecer la relación de pareja y mejorar el bienestar durante este proceso.
Parejas afectadas en España
Personas afectadas mundialmente
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La búsqueda de un embarazo inicia desde la ilusión y la motivación, pero cuando no llega, comienza a generarse una gran frustración y un enorme peso emocional. El diagnóstico de infertilidad es un punto de inflexión que genera un shock emocional en ambos miembros de la pareja, alterando el proyecto vital que tenían planeado.
Todo este proceso puede desencadenar una amplia gama de emociones negativas:
La pérdida de la identidad parental imaginada y los sueños asociados a este rol vital.
El duelo por la familia que se había visualizado y planificado durante años.
La pérdida del camino compartido que se había trazado junto al ser amado.
Importante: El estrés no suele ser la causa de la infertilidad, sino una de sus consecuencias más frecuentes. La intervención psicológica es una herramienta eficaz que no solo ayuda a manejar y reducir el estrés, sino que también aporta validación emocional, mejora la calidad de vida y potencialmente puede mejorar las tasas de embarazo al facilitar un mejor afrontamiento del proceso.
El apoyo psicológico busca brindar una atención integral que no solo se centre en el tratamiento médico, sino también en las inquietudes emocionales que este proceso pueda producir.
Disminuir la intensidad de las emociones que pueden inhibir o alterar el proceso reproductivo.
Ayudar a manejar y reducir el estrés, la ansiedad y la depresión asociadas a la infertilidad y sus tratamientos.
Ofrecer técnicas de relajación y afrontamiento necesarias para manejar la situación.
Abordar problemas y expectativas que puedan afectar el vínculo de pareja. Fomentar la empatía y la sensación de "equipo".
Ayudar a evaluar objetivos y prioridades a largo plazo sobre el tratamiento y las opciones futuras.
Mejorar la calidad de vida y facilitar la adherencia a los tratamientos médicos necesarios.
Esta fase se centra en el shock emocional inicial y las primeras reacciones ante la noticia de infertilidad. Es fundamental comprender que la infertilidad es un problema que afecta a la pareja en su conjunto.
Facilitar la expresión y validación de los sentimientos individuales, compartiendo sin juicios las emociones experimentadas desde el inicio de la búsqueda.
Identificar y neutralizar comentarios y creencias populares dañinas, reformulándolas en pensamientos más realistas y compasivos.
La comunicación es la clave para superar los problemas en la relación durante la infertilidad. Es esencial mantener y nutrir los momentos de intimidad que refuercen el vínculo más allá del objetivo de concebir.
Establecer un espacio de comunicación regular para hablar de sentimientos, necesidades y apoyo mutuo.
Desvincular las relaciones sexuales del objetivo reproductivo y reencontrar el placer y la conexión íntima.
Los tratamientos de reproducción asistida son procesos largos y complejos que generan un desgaste considerable. La incertidumbre de la espera es particularmente intensa.
Crear recursos personales y de pareja para manejar el estrés, incluyendo actividades de disfrute no relacionadas con la búsqueda del embarazo.
Establecer límites claros (tiempo, dinero, ciclos) y explorar alternativas para reducir la incertidumbre.
Los resultados negativos forman parte del proceso y cada fracaso duele intensamente. Es crucial reconocer que se están viviendo múltiples duelos.
Procesar las emociones asociadas a los resultados negativos y encontrar sentido de aprendizaje y crecimiento.
Abrirse a nuevas formas de parentalidad o proyectos de vida alternativos que puedan brindar felicidad y sentido.
Si el impacto emocional se vuelve abrumador o sienten que no pueden gestionar la situación solos, es fundamental buscar ayuda profesional de un psicólogo especializado en infertilidad. Muchos centros de reproducción asistida ya cuentan con gabinetes de psicología para ofrecer este apoyo integral.
Aunque desafiante, la infertilidad puede ser una oportunidad para fortalecer la relación de pareja si se afronta de manera unida y se utilizan las herramientas adecuadas.
"La felicidad no es una meta, es un camino. Recuerden que se puede vivir bien y disfrutar de la vida de muchas formas diferentes."